A comienzos de este verano, la Unión Europea triunfa. Tras más de diez años de una sorda batalla, al fin ha vencido la resistencia de los países africanos que se negaban a firmar con ella los tratados de libre comercio que desde 2000 preveía el Acuerdo de Cotonú (Benín). El 10 de julio, los jefes de Estado de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO) firmaron el Acuerdo de Asociación Económica (APE, según sus siglas en francés) de África Occidental; el 22 de julio, se rubricaba el APE de África Austral; el 25 de julio, Camerún ratificaba un APE individual.
Única contrariedad para la Unión Europea: África Oriental no ha seguido adelante. Los países de esta subregión dominada por Sudáfrica se han negado a privarse de sustanciosos ingresos aduaneros sin reales contrapartidas europeas. En efecto, los APE prevén la supresión de aranceles aduaneros para las tres cuartas partes (...)